domingo, 14 de abril de 2013





muy temprano en la mañana, se escucha aquel ruido que causan los pies en su andar, ella camina tan delicadamente queriendo no despertar a nadie, pero su intento es en vano, porque aquel radio reloj que marca las cinco en punto, enciende su alarmar y en el se escucha la radio en tan silenciosa madrugada. 

ella, como es de costumbre cada mañana, llega hasta la cocina, en ella encuentra aquel desorden que su familia deja la noche anterior, refunfuñando comienza con su labor diaria, que no es muy bien remunerada ni valorada, mientras escucha esas alabanzas y oraciones que transmite la emisora que sintoniza su radio.  

ella, cansada de tantos años, de la monotonía de sus días y quizás de muchas otras cosas más, se sienta en aquella silla vieja a hablar con su hermana, quien a estado a su lado toda una vida, mientras toman ese café, que no puede faltar cada mañana, hablan de las cosas que le pasan a algún miembro de su familia o simplemente a recordar aquellos días de su infancia. 

el tiempo pasa rápido, como si se tratara de un algún vídeo en donde adelantan la escena, y aquellos minutos de descanso se culminan,  ella, nuevamente comienza con el trajín de todos los días, esperando quizás que la noche llegue rápido,  y que se termine el día, rezando le a Dios, seguramente, para que le regale bendiciones en su siguiente día.  





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